Luego de que ya se fue un tercio del torneo Clausura 2021 de la Liga MX, el equipo de Santos Laguna no levanta de la mano de Pedro Caixinha. El entrenador portugués llegó para su segunda etapa con el cuadro guerrero con la esperanza de mantener el buen nivel que dejó su predecesor Guillermo Almada, básicamente con el mismo plantel de los últimos 2 semestres.
Las comparaciones resultan odiosas, pero en este caso queda de manifiesto que el uruguayo siempre hizo más con menos. En el caso de Caixinha, decidió tomar el proyecto que le ofreció la directiva en donde hubo pocas altas y bajas considerables, para enfrentar la liga mexicana y el torneo de campeones de Concacaf. Hasta el momento, en ninguno de los dos ha podido demostrar un estado sólido del conjunto.
De una u otra manera, la mano del portugués ha tocado cada una de las líneas del equipo lagunero. En la portería, Carlos Acevedo dejó de vestir el gafete de capitán. En defensa no terminan por definir quién es el lateral derecho si Govea, Orrantia o Pizzichillo (quien recientemente debutó en nuestra liga). Félix Torres, quien alcanzó un nivel sobresaliente con Almada, volvió a ser un defensa limitado y con errores muy marcados.
En mediocampo, por diferentes circunstancias, se perdió a Ayrton Preciado y Juan Otero, quienes fueron titulares en las primeras jornadas. Además de que Bryan Lozano no termina por recuperar el nivel que lo llevó a ser de los mejores jugadores de la liga.
Finalmente, en ofensiva, Caixinha ha tenido que variar entre Ocejo, Aguirre y Jeraldino para acompañar a Harold Preciado. El colombiano es el único que, con pocos partidos, ha mostrado cosas interesantes, pero no terminan por surtirle suficientes balones o tener una sociedad definida.
No solo las estadísticas indican que Santos Laguna es el peor equipo del torneo, también lo es el funcionamiento general. Si algo destacó la etapa de Almada fue la presión alta y la intensidad, cosa que se ha ido diluyendo en cada uno de los partidos de la era Caixinha.
Luego de ver varios partidos, surgen varias preguntas:
¿Caixinha es víctima de las circunstancias?
¿La directiva es culpable de una mala planeación?
¿Hasta cuándo se verá un cambio positivo de la mano de Caixinha?
¿El plantel es corto o el entrenador no sabe sacarles provecho?
Por último, el peor torneo del equipo lagunero en la historia fue el Apertura 2006 en donde solamente conquistó 11 unidades, producto de ocho empates, ocho derrotas y un triunfo. Con un tercio del torneo transcurrido y solo 2 unidades… la cosa no pinta muy bien, en lo personal, me queda claro que el problema nunca fue Almada.
