Inicio COLUMNISTAS LUCY RAMÍREZ DE HERNÁNDEZ PADRE GALLO /FANATISMO

PADRE GALLO /FANATISMO

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Según la Real Academia de la Lengua Española, se define como fanático a todo aquel que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento una creencia, una cultura, una idea, una opinión… Sobre todo, hace referencia a ideas del tipo religioso o político. La psicología afirma que el fanatismo surge a partir de la necesidad de seguridad de las personas que son inseguras. Se trata de una compensación frente a un sentimiento de inferioridad. El fanatismo presume una adhesión incondicional a una causa, produce una ceguera por el apasionamiento a tal causa que lleva a que el fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional. El fanático muestra cinco formas de actuar, por medio de las cuales se le identifica como tal: 1.-El deseo de imponer sus propias ideas. 2.- El despreciar a quienes piensan diferente. 3.- El basarse en una serie de ideas que son incuestionables según su criterio. 4.- El tener una visión “cuadriculada” de las cosas pues todo es blanco o negro. 5.- El carecer de todo espíritu crítico equilibrado. Lo que genera una mentalidad falta de racionalidad y puede llegar a tal extremo que, por el fanatismo, una persona mate a otra. Cuando el fanatismo llega al poder político, suele desarrollar todo un sistema para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel o incluso la muerte. El fanatismo puede darse en distintos aspectos de la vida. Hay fanáticos de algún club de fútbol o de cantantes y grupos musicales. El fanatismo también aparece en la religión, con personas que creen que sus creencias son las únicas válidas y que también persiguen y castigan a los que no creen lo mismo que ellos.

Voltaire decía: “Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es incurable” Porque es corrosivo, enemigo de la libertad, del progreso del conocimiento y es el responsable de asesinatos, genocidios, masacres, guerras, persecuciones, injusticias y violencias de todo tipo. Pensar distinto y opinar y ejercer la libertad de hacerlo es como una afrenta imperdonable para los fanáticos de todas las razas, ya que se manifiestan intransigentes, obsesivos y autoritarios. No cuestionan ni razonan y ven solo en la suya la única verdad posible. El fanatismo no es una enfermedad mental, pero se asocia a distintos trastornos de personalidad, especialmente los de tipo narcisista, y “puede llegar a extremos peligrosos como acosar, perseguir y matar seres humanos, tratando de imponer una creencia. Genera discriminación dirigida hacia todos los grupos o personas diferentes a la creencia del fanático. El fanatismo es como un cáncer maligno y lo peor es que, pese a todo el daño causado a lo largo de la historia, sigue vivito y coleando y lo sigue apoyando una gran mayoría.

LA QUEJA. Según el diccionario de la REA se define como expresión de dolor, pena o resentimiento, desazón, odio de una persona por otra. Acción de quejarse. Por otra parte, diré que el quejarse se está volviendo una adicción en la sociedad mire usted: El quejumbroso tras haber lanzado todo aquello que no le parecía bien, vuelve a su rutina normal, mientras que la queja poco a poco va generando inconformidad a tal grado que los que lo escuchan se convencen de lo que les dice. La queja puede ser utilizada en ocasiones, como modo de descarga o válvula de escape, el problema viene cuando se aferra a ella y la convierte en algo indispensable en la vida. De esta manera, el fanático logra su cometido al centrar la atención sobre lo negativo y lo convierte en una “verdad” que genera división.

Si lo pensamos bien no nos lleva a ninguna parte, al contrario, nos paraliza. “Quejarse baja la vitalidad de las personas”. Quejarse no cambia las situaciones, tampoco a las personas ni a las cosas, tan solo informa de que la realidad no nos agrada y acaba por convencer a los demás con lo mismo, lo cual resulta inoperante, pues no aporta soluciones. Quejarse evita la responsabilidad ante las personas y las situaciones, pues resulta muy cómoda la posición de víctima. Seguramente identificaras a alguna persona que se queja de su situación, pero no hace nada por resolverla, al contrario, solo sabe hablar de ella, centrándose en lo negativo, sin buscar soluciones ni alternativas. Podrás darte cuenta que esa persona se ha acomodado y se vuelve acusador de los demás, con lo que en realidad pretende quedar exento de toda responsabilidad. Busca con esto adeptos y defensores de su causa porque el “pobrecito” no tiene margen de maniobra pues todo se confabula para que nada le salga bien. Como si el bienestar dependiera del exterior. Convirtiendo a su grupo de adeptos en sus víctimas y “compañeros” de “esa” realidad. Esto no es el problema, lo es cuando la constante queja y señalamientos hacia las circunstancias y las personas genera odios, resentimientos y divisiones. La queja niega el poder que tenemos, ya que paraliza la acción y bloquea la capacidad de liberarnos de esa cautividad.

De hecho, cuando alguien ha establecido como hábito la queja continua, es porque detrás de ella, seguramente se esconde algún interés, por lo que conviene observar qué hay detrás de esa queja, el verdadero objetivo que esto esconde, ya que si lo analizamos de nada vale quejarse, si no se pone en marcha la búsqueda de soluciones o alternativas, entonces nos daremos cuenta que la queja es la triquiñuela que se utiliza para lograr los objetivos del fanático.

¿Cómo desligarse del fanático-quejumbroso? Observe y trate de entender lo que realmente pretende, y deje de seguir creyendo, no caer en el lenguaje del fanático; la queja, el ataque, la injuria, datos incorrectos, la falacia (embuste, enredo, disfraz, dar bola) cuando escuchemos a este tipo de personas no seamos ingenuos. Contamos con tantas formas de informarnos verazmente, defendamos el derecho a la libertad, no seamos esclavos del fanático-quejumbroso. Si usted conoce e este tipo de personas, lo mejor es alejarse de ellas y no ser su rehén, deje de brindarle su apoyo, porque lo más seguro es que ese ser, busque sacar de usted “provecho no muy e$$$trecho” al contar con su amable consideración y respaldo a lo que se conoce como MANIPULACION.