Todos sabemos que a Jesucristo lo crucificaron, pero ¿qué les ocurrió a sus discípulos? La mayoría viajaron largas distancias para predicar el evangelio y murieron haciéndolo, y algunos de una forma muy macabra. La mayoría de los discípulos de Jesús fueron santificados en algunas Iglesias cristianas. Los canonizaron tras morir como mártires, ¿pero ¿cómo murieron?
PEDRO
El apóstol Pedro fue crucificado bocabajo en Roma, aproximadamente en el 64 d.C. Se cree que a Pedro lo crucificaron así porque se negó a morir a como Jesús. En esa posición, es probable que la sangre se le fuese a la cabeza y le provocase hemorragias cerebrales.
JUDAS ISCARIOTE
Resulta que la traición a Jesús era demasiado para él y Judas acabó suicidándose. Se ahorcó. En la Biblia hay una descripción muy gráfica de su muerte. Hechos 1:18 dice: «Con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron».
ANDRÉS
A diferencia de Jesús, a Andrés no lo clavaron a una cruz, sino que lo ataron a una. Tal vez no suene tan cruel, pero en realidad prolonga el sufrimiento. Se estima que Andrés agonizó durante dos días y dos noches, hasta que falleció.
MATEO
Existen diferentes versiones de cómo murió Mateo, pero la más común señala que lo apuñalaron hasta la muerte. De hecho, es una muerte muy dolorosa y potencialmente lenta, dependiendo de si el discípulo murió de fallo cardíaco o desangrado.
TOMÁS
Tomás viajó desde el Imperio Romano hacia el este para predicar el evangelio. Lo acabaron asesinando en la India. Está claro que la muerte por apuñalamiento no es muy pacífica, pero eso fue lo que le ocurrió a este discípulo de Cristo. Se dice que unos soldados lo arponearon en múltiples ocasiones.
BARTOLOMÉ
Bartolomé era parte del círculo más íntimo de Jesús, pero no se habla mucho de él en la Biblia. Sufrió una muerte muy dolorosa. Lo despellejaron vivo. Fue una tortura horrible y una forma de morir muy dolorosa. Se dice que después lo decapitaron, pero probablemente en ese momento ya estaba en shock o inconsciente por la tortura.
SANTIAGO EL MAYOR
Jesús tenía dos discípulos llamados Santiago. Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, sufrió una muerte bastante común pero muy violenta. Lo decapitaron. La historia cuenta que un hombre lo acusó falsamente, pero después se arrepintió y lo decapitaron junto a Santiago.
SIMÓN
Hay pocas versiones de la muerte de Simón, pero quizás una de las más macabras sea la de que lo serraron por la mitad. Si fue así, sufrió una muerte brutal y muy dura.
SANTIAGO EL MENOR
También es conocido como Santiago, hijo de Alfeo. Al otro Santiago, le cortaron la cabeza, pero este sufrió una muerte todavía más dolorosa: lo lapidaron y lo apalearon hasta la muerte. Tras el apedreamiento, los huesos de Santiago, incluyendo la calavera, fueron aplastados brutalmente con una roca hasta que se quedó inconsciente y murió.
FELIPE
También murió en la cruz. Algunas versiones de la historia dicen que estaba atado a la cruz, como Andrés. Sin embargo, la mayoría de las versiones de la historia dicen que lo crucificaron como Jesús. Fue asesinado con flechas cuando se negó a negar su fe en Cristo.
JUDAS TADEO
El apóstol Judas, también conocido como Tadeo, Judas Tadeo o Judas de Santiago, murió aproximadamente en el 65 d.C., en Siria. A menudo lo representan con un hacha, que se dice que simboliza la forma en la que lo mataron. Fue asesinado con flechas cuando se negó a negar su fe en Cristo.
MATÍAS
El apóstol elegido para reemplazar al traidor Judas Iscariote. Hay varias versiones de la muerte de este discípulo de Cristo y de quién lo mató, pero algunas dicen que lo decapitaron y otras que murió lapidado.
¿QUIÉN FUE PABLO?
Fue torturado y luego decapitado por el malvado emperador Nerón en Roma en el año 67 d.C. Pablo soportó un largo encarcelamiento, lo que le permitió escribir sus muchas epístolas a las iglesias que había formado en todo el Imperio Romano. Estas cartas, que enseñaron muchas de las doctrinas fundamentales del cristianismo, forman una gran parte del Nuevo Testamento. Quizás esto nos recuerde que nuestros sufrimientos aquí son de hecho, menores en comparación con la intensa persecución y la fría crueldad que enfrentaron los apóstoles y discípulos durante su tiempo por la fe.
Esos acontecimientos quizás nos recuerden que nuestros sufrimientos aquí son de hecho, menores en comparación con la intensa persecución y la fría crueldad que enfrentaron los apóstoles y discípulos durante su tiempo por la fe.
“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
