De sopetón y sin saludo de por medio,
un lector me lanzó dos preguntas:
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¿Qué tan pelón está que Santos Laguna
recupere dignidad y calidad futbolística?
&/&/&/&/¿
¿Qué tan pelón está que Alejandro Irraragorri
se despoje de tantos engreimientos y caprichos
que ofende a los aficionados?
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Respuesta:
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Lo veo muy pero muy pelón.
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Tan pelón e imposible como si a Dante
Elizalde le creciera greña.
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… ¡Así de pelonas están las cosas!
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