“La moral es un árbol que da moras”, dicho acuñado por el cacique potosino Gonzalo N. Santos y lo aplican fielmente Marko Cortés, Jesús Zambrano y Alejandro Moreno, dirigentes nacional del PAN.PRD y PRI, respectivamente. En los tres casos, las evidencias de corrupción y pésimos resultados electorales no les quitan el sueño porque siguen aferrados a fortalecer alianzas que solo generan derrotas.
En el caso del tricolor, de nada sirvieron las afrentas que exdirigentes del CEN del PRI, representantes de la Cámara de Senadores y Diputados le plantearon a Moreno Cárdenas en la sede del otrora ganador en todas las elecciones. Exigieron su renuncia y enmedio de los reclamos, Alejandro les hizo que ver que dejará el cargo hasta el 19 de agosto del 2023, ni un día más, porque lo eligieron más de dos millones de priistas y fue más allá; “no me nombró ningún presidente de la república”.
“Quien pretenda dividir se va a encontrar con un muro de contención de miles de militantes que sí han sudado la camiseta y que sí están en territorio buscando lo mejor para el partido y la alianza”, declaró Alejandro Moreno a EL UNIVERSAL, sábado 25 de junio.
Están en puerta -2023, elecciones para gobernador en Coahuila y Estado de México. Al año siguiente, presidencia de la república. Si en verdad quieren que en el 2024 “haya tiro”, hágase lo que se deba, aunque se deba lo que se haga.
Porque con dirigencias descarriladas y priistas castrados, el ocaso del tricolor está más que cantado.
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