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NEBULOSA DEL AGUILA Y EL CISNE/MANUEL MEDINA PEGRAM

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Queridos familiares y amigos: martes 19 julio.

Con la gran ayuda de Jorge Machuca, astrónomo, astro fotógrafo y director de la Sociedad Astronómica de Gómez Palacio, logramos sacarle mucho más provecho al equipo de astrofotografía, que consta del telescopio, la cámara dedicada a las fotos, otro telescopio y su cámara dedicados a guiar el telescopio, el montaje que carga y mueve todo el armatoste y todos los sistemas de cómputo que controlan cada elemento.

Mi agradecimiento a Machuca, porque gracias a él he podido dar un buen salto en la calidad de mis astrofotografías. No te dedico esta foto, Machuca, porque no te puedo dedicar lo que es también tuyo.

Pues bien, el objeto al que le disparamos es “La Jaula de los Pajarracos”. No se crean, así no se llama. Lo que pasa es que en mismo campo de la foto están las Nebulosas del Águila y la del Cisne. Objetos Messier 16 y 17, respectivamente. Yo que el Cisne me pongo buzo, porque las águilas se comen todo lo que se mueve.

El color de los gases que las forman es el mismo y se pueden ver gases similares entre ellas, por lo que me pregunto si no formarán parte de un mismo sistema nebuloso. Están en dirección cercana al centro de La Vía Láctea. El Cisne está en la constelación de Sagitario y El Águila en Serpens Cauda, la cola de la serpiente del cielo. Están dentro de nuestra galaxia, como todo lo que vemos en el cielo, a excepción de otras galaxias.

De hecho, están las dos a tan solo unos 5,500 años luz de nosotros. Si Torreón fuera La Vía Láctea, estas dos nebulosas serían nuestras vecinas de la siguiente cuadra. No me queda mucho más que decir sobre ellas, que no sea hablar de sus nombres. Díganme por favor, dónde demonios ven un águila o un cisne. La imagen en blanco y negro es la foto que muestra todo el campo visual del telescopio utilizado. Arriba a la izquierda está El Águila y abajo a la derecha El Cisne.

El Cisne se llama también: Nebulosa Omega, Nebulosa del Calzador y Nebulosa de La Langosta. Está claro que cada astrónomo ve lo que le da la gana. Y yo me pregunto, ¿por qué yo no?

Además de la foto completa, he hecho recortes y he renombrado a la Nebulosa del Águila, Nebulosa de Nefertiti. Reina de Egipto que vivió de 1370 a 1331 antes de Cristo. Anexo también su foto de ella, para que juzguen ustedes si la nebulosa parece más un águila o a Nefertiti. Cuando Nefertiti vivió, de acuerdo a nuestros calendarios o relojes, la luz que fue captada en estas fotos, ya venía en camino y llevaba el 60% de su recorrido.

Nefertiti parece estar recostada, descansando con los ojos cerrados y además haciendo una bomba con el chicle que trae. ¿Sí o no? Una cosa sí, la nariz ya se le quebró, pero no le hace. Nos quedó un poco chatita la reina.

Hice un acercamiento aún mayor en su cachete. A un lado de su boca están los llamados “Pilares de la Creación”. Sí señor, así llaman los astrónomos a eso que, para su Servilleta, parecen escurrimientos de miel.

Al recorte que hice del Cisne, lo giré 180 grados para ilustrar el por qué he llamado a esta nebulosa: “Las Narices de Cyrano”.

Érase un hombre a una nariz pegado,

érase una nariz superlativa,

érase una nariz sayón y escriba,

érase un pez espada muy barbado…

Era un tipo narizonsísimo ese tal Cyrano. Y veamos cuánto miden esas narices espaciales, porque podrían ser de alguien más. ¿Acaso podrían ser las que se le cayeron a la reina?

Haciendo unos cálculos relativamente sencillos, podemos ver que las narices miden 19 años luz de extremo superior a extremo inferior. 190 billones de kilómetros (billones mexicanos).

La reina no tenía semejantes narices, por lo que podemos concluir que sí son las narices de Cyrano de Bergerac.

Ahora, si alguno de ustedes ve un cisne en esa nebulosa, pues será un gran cisnificador.

Espero que les gusten las fotos.

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