En tanto que el valor de la canasta básica amanece con precios a la alza todos los días, aumentan los índices de inseguridad -aunque se tengan otros datos-, se incrementa el precio de los combustibles, aumenta la pobreza, desempleo, se volatiza el salario mínimo, se esfuma soberanía alimentaria, las inversiones en infraestructura y desarrollo social están mal planeadas y muy limitadas, a los gobernantes, funcionarios federales y líderes políticos eso los tiene sin cuidado y mucho menos les quita el sueño.
Apenas terminaron las elecciones del pasado 5 de julio y al día siguiente, todos se declararon listos para organizar los procesos del 2023 en Coahuila y Estado de México, así como en 2024, elecciones presidenciales. Ambos casos con mucha anticipación, en lugar de establecer compromisos y buscar formas para frenar una inflación incontrolable.
La principal preocupación y ocupación de todos ellos es mantener un México politizado, equivalente a un país confuso e idiotizado. Politizado no con propósitos, resultados y compromisos. Un México politizado de la forma más ruin y mezquina donde grupúsculos ganan, la población pierde y es burlada.
Ejemplo, en un noticiario vespertino escuché: “la única fórmula es ser autosuficientes”, palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Cómo lograr autosuficiencia en un México politizado, no para bien, sino para mentir, traicionar y enmedio de tanta corrupción?
