Cristian S., Omar V., Juan N., Pablo R., entre otros tantos Ns, son simples conejillos de indias que aparecen como culpables por la tragedia ocurrida al interior de la mina de carbón El Pinabete, ubicada en el ejido Agujita, municipio de Sabinas, Coahuila, cuando los verdaderos propietarios son familias encabezadas por el ex alcalde de esa ciudad Régulo Zapata Jaime. Son proveedores directos de la Comisión Federal de Electricidad -CFE- y operaban sin cumplir las mínimas medidas de seguridad que obliga la ley. Por tanto, Secretaría del Trabajo y CFE pretenden ocultar datos y tratos comerciales a todas luces ilegales del gobierno de la 4T.
La tragedia se registró cuando trabajadores de excavación se toparon, sin saberlo, con un área contigua que se encontraba al tope de agua. Al carecer de la tecnología para detectar al líquido, los mineros provocaron un derrumbe, el agua se desbordó e inundó la zona donde laboraban, con corrientes de hasta 65 metros de profundidad. Algunos lograron correr y escapar.
“Lo ocurrido en la Mina El Pinabete, es responsabilidad de Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”, opinó a título personal el vocero de Altos Hornos de México, Francisco Orduña Mangiola y que además hubo “errores políticos más que técnicos”. Hubo muchas advertencias sobre el desorden que se tendría en la minería si se otorgaban contratos por la CFE sin antes revisar las condiciones de las minas”.
Castigo verdadero para los culpables, pero que no termine en otra trillada verdad histórica como la inventada por Jesús Murillo Karam. Más aún, sin castigo como ocurrió hace más de 16 años en Pasta de Conchos y donde 65 mineros siguen sepultados.
————
