Cuatro años preciosos perdieron las oposiciones tras su derrota en la elección presidencial de 2018 frente a Morena. En ese lapso, el movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador pasó de ser, de un partido emergente, a la primera fuerza política nacional. El PRI, PAN, PRD y la oligarquía dedicaron el tiempo a denostar y boicotear al Gobierno de izquierda, sin ningún resultado hasta el momento. En vez de identificar las causas de su fracaso elección tras elección, de corregir fallos, de reconciliarse con la ciudadanía, de proponer una agenda alternativa y de formar liderazgos a la altura de las nuevas circunstancias, revivieron el Pacto por México de Peña Nieto para armar la coalición electorera Va por México, cuyo objetivo, carente de sustento, consiste en recuperar el poder por el poder. Hoy la alianza está herida de muerte por la propensión del PRI a ser satélite del príncipe de turno.
No es casual entonces que Morena lidere la intención de voto de la carrera presidencial con el 46% de las preferencias. El PAN ocupa el segundo lugar (19%) y el PRI es tercero (15%), según la encuesta de Reforma difundida el 1 de septiembre, justo cuando López Obrador presentaba su cuarto informe de Gobierno. Antes de la crisis causada por la iniciativa del PRI para que las fuerzas armadas desarrollen tareas de seguridad pública hasta 2028, cuatro años más de lo previsto, Va por México ya presentaba signos de agotamiento por falta de apoyo ciudadano. El 67% prefiere que los partidos compitan separadamente por la presidencia, de acuerdo con la indagatoria.
En menos de dos años que faltan para elegir al sucesor de AMLO, cuya gestión terminará el 30 de septiembre de 2024 por una reforma que acortó el sexenio en dos meses por única ocasión, las oposiciones difícilmente podrán remontar la desventaja. Previo a su distanciamiento con el PRI, Acción Nacional presionaba para que el candidato de Va por México surgiera de sus filas. La situación del PRI se complica aún más sin alianza, pues, fuera de Beatriz Paredes, no tiene figuras con el suficiente peso y solidez para competir. El desempeño de Alejandro Moreno y de su segundo de abordo, Rubén Moreira, cuyo pacto con López Obrador no los exime de responsabilidades penales por los delitos de corrupción imputados por la Fiscalía General de la República (y la de Campeche, en el caso del primero), ha sido desastroso para el viejo partido hegemónico.
Sin el paraguas de Va por México, el PRI terminaría de desaparecer o sería absorbido por Morena. El desprestigio de las siglas tricolores registra hoy sus cotas más altas. Solas o en alianza, representan un lastre. La pesquisa de Reforma al respecto es irrefutable: el 39% nunca votaría por el PRI; el 13% por Morena y el 10% por el PAN. El nombre del Partido Revolucionario se asocia con venalidad, abuso de poder e impunidad. Cuatro exgobernadores de esa formación (Javier Duarte, Roberto Borge, César Duarte y Roberto Sandoval) están actualmente presos en México. Tomás Yarrington, exmandatario de Tamaulipas y aspirante presidencial en 2006, se declaró culpable de lavado de dinero ante la corte de Houston, Texas, en marzo pasado.
Sin embargo, el centro de la inquina nacional es Enrique Peña Nieto, como en su tiempo lo fue Carlos Salinas de Gortari. Enjuiciarlo sentaría un precedente contra la impunidad en las más altas esferas del poder. La conclusión del informe sobre el caso Iguala según el cual la desaparición y asesinato de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa constituyó un crimen de Estado, tiene en prisión preventiva al exfiscal general de la república, Jesús Murillo, quien, junto con los mandos castrenses, recibía órdenes de Peña.
LIDERAZGO FEMENINO
Si las elecciones presidenciales fueran hoy, Morena ganaría con el 55% de los votos (preferencia efectiva), 16 puntos por encima de la coalición Va por México. Así lo advierte la encuesta de Enkoll, El País y W Radio publicada el 29 de agosto. Bajo el mismo parámetro, el 47% de la muestra dijo que nunca votaría por el PRI. El rechazo a Morena y al PAN es del 22% y 15%, respectivamente. Acerca de con cuál de los partidos el país «estaría mejor» en 10 temas prioritarios (programas sociales, combate a la pobreza, empleos y salarios, educación, economía, salud, combate a la corrupción y al narcotráfico, feminicidios y medio ambiente), Morena aparece por encima de todos de acuerdo con el estudio.
El dato más relevante es que el 82% de los encuestados sufragaría por una mujer para la presidencia. La proporción se eleva al 89 y al 90% en los rangos de 18 a 24 y de 25 a 34 años. Los mexicanos, como se puede observar, están de acuerdo en que el cargo de mayor responsabilidad política deje de ser monopolio de los hombres. En América Latina, 11 países han sido gobernados por mujeres, entre ellas: Michelle Bachelet (Chile), Cristina Fernández (Argentina; la actual vicepresidenta sufrió un atentado el 1 de septiembre pasado del cual resultó ilesa), Dilma Rousseff (Brasil), Violeta Barrios (Nicaragua) y Xiomara Castro (Honduras, en funciones).
La encuesta incluye a los aspirantes presidenciales de ambos géneros. Claudia Sheinbaum es la favorita para ser la candidata de Morena. La jefa de Gobierno de Ciudad de México supera en preferencia efectiva (48%) al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard (46%) y al senador Ricardo Monreal (10%). La opción del PRI con mayor apoyo es la expresidenta de ese partido, Beatriz Paredes (51%), lejos de Miguel Osorio (23%), Enrique de la Madrid (14%) y del gobernador de Estado de México, Alfredo del Mazo (12%).
Con base en la misma variable, el 32% se decantó porque el candidato del PAN sea Ricardo Anaya. Margarita Zavala, quien también compitió por la presidencia en 2018, le pisa los talones con el 30%. La senadora Lilly Téllez tiene el 25% de las intenciones y el diputado Santiago Creel, el 13%. Ninguna mujer de Movimiento Ciudadano (MC) aparece en la pesquisa. La preferencia efectiva por el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, es del 59%. Los gobernadores Samuel García (Nuevo León) y Enrique Alfaro (Jalisco) no llegan ni al 20%. El más rezagado es el líder de MC, Dante Delgado (10%), exgobernador de Veracruz.
Sheinbaum es la aspirante favorita en los careos —donde ya no figura Paredes—. El 54% votaría por ella; por Colosio, el 26% y por Anaya, el 20%. Si la elección fuera entre Sheinbaum y Téllez, las preferencias efectivas por la jefa de Gobierno aumentan al 63%; la periodista y conductora de televisión captaría el 28%. Ebrard también se impondría a Colosio, Anaya y Téllez por suficiente margen. La sucesión vuelve a pintar de guinda, y la posibilidad de que Sheinbaum releve a AMLO, es alta.
La reforma electoral de 2019 aceleró el ascenso político de las mujeres y estableció la paridad total en las candidaturas a cargos de elección popular (garantizada por la Constitución), en los poderes legislativo y judicial y en los órganos constitucionales autónomos. Cuatro de los 11 ministros de la Corte de Justicia son féminas. Hoy existe el mayor número de gobernadoras (nueve: siete de Morena y dos del PAN). En 2024 México también puede seguir los pasos de Alemania, Reino Unido y llevar al poder a una mujer con experiencia de Gobierno y reconocimiento internacional.
LUCES Y SOMBRAS
La elección por unanimidad del nuevo auditor superior del estado, el 1 de septiembre pasado, libró al estado de un conflicto innecesario, pues los diputados se decantaron por un perfil técnico y no político. Haberse formado en la Auditoría Superior del Estado (ASE), donde hasta hace poco se desempeñó como auditor de Planeación e Información, le permitirá a Manuel Ramírez, sucesor de Armando Plata, dar continuidad al trabajo de una institución clave en la rendición de cuentas. La ASE obtuvo el Premio a la Innovación y Transparencia 2016 del Instituto Mexicano de Competitividad (Imco) y ganó el Catalyst Awards 2020 en la categoría de Capacitación y Desarrollo Humanos que otorga Blackboard, empresa líder de «software» y tecnología educativa con sede en Washington.
El consenso entre las distintas fracciones parlamentarias para nombrar al nuevo funcionario con 23 votos a favor, le permite a Ramírez empezar su tarea sin presiones. El resto dependerá de los resultados que brinde. Entre los aspirantes al cargo figuraron mujeres calificadas, como Ludivina Leija, formada también en la ASE. Sin embargo, las diputadas, que son mayoría en el Congreso, optaron por un paisano del gobernador Miguel Riquelme. El periodo del auditor es de ocho años, y por tanto abarcará lo que resta de la administración actual, el próximo Gobierno y los primeros meses del que inicie en 2030.
De los 32 auditores estatales, casi un tercio son mujeres. La mayoría (nueve) ejerce el cargo en estados gobernados por Morena o cobijados por la 4T (Colima, Guerrero, Nayarit, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Veracruz); uno por el PAN (Durango) y otro por el PRI (Estado de México). La relación refleja la importancia que las administraciones locales conceden a la paridad de género también en los órganos constitucionales autónomos. El gabinete de Andrés Manuel López Obrador tiene más mujeres en posiciones relevantes que cualquiera de los precedentes. Incluso quien le suceda puede ser la actual jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
La ASE ha sido, con sus luces y sus sombras, la aguja en el pajar dentro del embuste denominado Sistema Estatal de Corrupción (SEA). Diseñado por el exgobernador Rubén Moreira, el organismo está plagado de incondicionales suyos, como ocurre en el Instituto de Información y Acceso a la Información Pública. La Fiscalía Especializada en Delitos por Hechos de Corrupción (Fedheco), a cargo de Jesús Homero Flores, es guardaespaldas del clan y no hace más que mirarse el ombligo. Por cada peso que cuesta a los coahuilenses, la Fedheco recupera… ¡once centavos! Para el fiscal, la megadeuda, a la cual se destinarán este año más de cinco mil millones de pesos para el pago de intereses, y el desvío de casi mil millones de pesos a empresas fantasma, no existen.
El estado ganaría más si el Sistema Anticorrupción prescindiera de órganos, asesores y burócratas inútiles. Con el ahorro podría crearse un Fondo Estatal de Desastres —en vez de subir el Impuesto Sobre Nóminas, como se pensó— o atender otras prioridades. Entre 2018 y este año, la Fedheco gastó 145 millones de pesos, abrió 753 carpetas de investigación y resarció 11.7 millones de pesos al erario, de acuerdo con una nota de Arturo Estrada (Zócalo Saltillo, 04-09.22). Por esa cantidad, funcionarios acusados de peculado, cohecho y otras irregularidades pudieron librar la acción de la justicia. En vez de castigar, sistema premia. La ASE, ahora bajo la gestión de Ramírez, debe mantener su autonomía y dar, como lo ha hecho, ejemplo al SEA.