Inicio COLUMNISTAS MANUEL MEDINA PEGRAM ASÍ AVANZA EL CONOCIMIENTO HUMANO/MANUEL MEDINA PEGRAM

ASÍ AVANZA EL CONOCIMIENTO HUMANO/MANUEL MEDINA PEGRAM

112
0

Queridos familiares y amigos:

En el Siglo XVII, Robert Boyle, Christian Huygens e Issac Newton consideraban que la antigua idea griega de la existencia del éter era correcta. El éter era una sustancia que llenaba todo el universo, por medio de la cual se propagaba la luz. Newton además pensaba que las fuerzas de la gravedad necesitaban del éter para ser transmitidas de un objeto a otro. Esa teoría fue considerada válida hasta 1887, cuando Albert A. Michelson y Edward W. Morley idearon un experimento para confirmar su existencia.

Es uno de los experimentos, o el experimento, con resultado negativo más trascendente de la historia de la ciencia. Concluyeron que no existe el éter.

Sin su enorme aportación, Einstein, como él mismo lo afirmó, no hubiera podido postular su Teoría Especial de la Relatividad en 1905.

Así avanza el conocimiento humano. Hay algo que se asume y que explica lo que se observa, hasta que otra observación o experimento muestra que no es correcto. Se desecha lo incorrecto y se comienza a estudiar sobre el nuevo descubrimiento. En este caso impulsando la famosísima teoría de Einstein.

Einstein siguió avanzando y postuló en 1915 la Teoría General de la Relatividad, considerándola universal y con la cual, se podía explicar todo lo que ocurre en el universo.

La cosa no paró ahí, otros experimentos mostraron que la Teoría General de la Relatividad no funciona a nivel subatómico y por lo tanto no es universal. Así nació la Física Cuántica.

Y con el conocimiento de las dos teorías funciona todo el sistema actual de información y comunicaciones, del que todos nosotros hacemos uso diario sin siquiera darnos cuenta.

Así avanza el conocimiento humano.

Además de los conocidos movimientos de los planetas de “rotación y traslación”, todos tienen también un movimiento que se llama “Precesión”. La órbita no es circular, sino elíptica y la órbita en sí, también gira alrededor del sol. El punto de la órbita más cercano al sol se llama “perihelio” y va girando.

El astrónomo francés Urbain Le Verrier (1811-1877) registró durante muchos años la posición del planeta Mercurio y concluyó que tiene una precesión mayor a la que la Teoría de la Gravitación Universal de Newton predice. De acuerdo a sus observaciones, la precesión adicional era de entre 40” segundos de arco y 45” segundos de arco.

El mismo Le Verrier predijo correctamente la existencia del octavo planeta de nuestro Sistema Solar, Neptuno, a partir de las perturbaciones que ejerce sobre su vecino cercano Urano. Imagínense el grado de comprensión que tenía sobre el movimiento de los planetas para concluir que existía Neptuno, observando a Urano. Cuando Neptuno fue encontrado, estaba casi exactamente donde lo había calculado Le Verrier.

Siguiendo su lógica, Le Verrier predijo que había también un planeta que orbitaba al sol más cerca que Mercurio y era la causa de la precesión adicional. Inclusive le dio nombre “Volcán”. Predijo que iba a ser una masa de lava incandescente a altísima temperatura.

No faltaron los merolicos y charlatanes que aseguraron ver a Volcán… Hasta que Einstein publicó en 1915 su Teoría General de la Relatividad. Y una de las pruebas que documentó fue precisamente que, aplicando su teoría, se llegaba a que la precesión de Mercurio era de 43” segundos de arco. Las mediciones de Le Verrier habían sido asombrosamente precisas, pero no existía Volcán.

Bueno, pero qué diablos es 1” segundo de arco. Es la tresmil-seicientosava parte de un grado (1/3,600 grados). Eso significa que la precesión de Mercurio es de una ochentava parte de un grado.

Pero no comenté cada cuanto tiempo el perihelio de Mercurio se desplaza 43” segundos de arco. Por lo poquito que es, pensaríamos que es en cada vuelta al sol. Pues no, ese desplazamiento adicional del perihelio de Mercurio ocurre cada siglo. Y eso fue suficiente para que Le Verrier no estuviera conforme y se quebrara la cabeza para explicarlo. Me quito el sombrero ante Le Verrier, aunque su planeta, Volcán, no haya existido. Un planeta sí tiene, Neptuno. Él predijo correctamente su existencia y con sus mediciones y predicciones, otros lo vieron por primera vez.

Por cierto, Neptuno está 30 veces más lejos del Sol que La Tierra. El Sol, visto desde La Tierra tiene el mismo diámetro que La Luna, medio grado. Visto desde Neptuno mide un sesentavo de grado. Es decir, se ve del mismo tamaño que algunos de los cárteres más chicos de La Luna. La radiación solar que llega hasta allá es unas 900 veces menor que la que nos llega aquí y su temperatura es de unos -220 °C grados centígrados bajo cero. Es mi reporte del clima, por si deciden visitar a Neptuno.

Todo esto es otro relato que nos muestra cómo es que el conocimiento humano avanza y las fotos no tienen nada que ver con el relato.