Inicio COLUMNISTAS GUILLERMO E. ÁVILA CORTÉS EL BAÚL DEL POLLO/GUILLERMO E. ÁVILA CORTÉS…VIAJE A CHINA

EL BAÚL DEL POLLO/GUILLERMO E. ÁVILA CORTÉS…VIAJE A CHINA

91
0

Corría el año de 1974 y el Diario OVACIONES organizó un torneo de futbol entre equipos de barrios participando cientos de ellos y al ganador del primer lugar sería premiado con un viaje a España y Rusia y el segundo lugar a China.

Me tocó el honor de acompañar junto con Miguel Aguirre Castellanos -qepd-, director de deportes y al profesor Horacio Lecuona -qepd-, al equipo de Tulyehualco ganador del segundo, lugar el viaje a China, un país maravilloso en esa época misterioso, porque se sabía poco de él.

Nuestra estancia fue de casi un mes en donde se concertaron partidos amistoso en varias regiones del país como Pekín, Han Zhang, Sen yang, Dalian y Hong Kong.

La impresión de ese lugar fue que no existe la pobreza y que aprovechan todo sobre alimentación ya que los cerros los aprovechan para sembrar alimentos, los cortan enterrazas y así aprovechan las lluvias.

Ahí no se ve ningún cerro o montaña sin sembrar, además durante nuestra estadía en los pueblitos de cerca de un millón y medio de habitantes la gente nos veía como animalitos raros porque era poco el turismo por esos lugares.

Lo que si nos percatamos fue de la gran contaminación que había en esos lugares ya que aparte del sector campesino, había fábricas muy contaminantes a cielo abierto.

Otros lugares que conocimos fueron los diferentes museos que hay en cada región, además de su artesanía y las grandes tiendas exclusivas para el turismo que era el lugar obligado por los guías a visitar.

Otro aspecto interesante, la impresionante puntualidad de los trenes en los que viajamos y las comidas que ofrecían a la delegación mexicana, ahí probamos el famoso pato laqueado y el huevo de mil años, además de la cerveza (caliente, por cierto) y un vino espumoso que por consumir en exceso me dolió la cabeza.

Al día siguiente, y por esto un traductor me preguntó “que tienes” al que por pena solo le dije “me duele un poco la cabeza” y de inmediato llegó un señor con bata blanca imaginándome que era doctor y con varios masajes se me quitó el dolor. Le dije a mis compañeros “estos chinos te curan hasta una cruda”.

Otra maravilla que nos impresionó fue la visita a la tumba de Mao Tse Tung en la que se observa su cuerpo encapsulado y tienes que entrar con las manos abajo sin tocar nada por respeto y también conocimos la famosa muralla china.En conclusión, fue un viaje maravilloso, inolvidable y en la actualidad se nota el progreso de ese gran país, que si alguien tiene la oportunidad de conocer ese lugar no se arrepent

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí