Con toda la estructura gubernamental a su favor, muy anticipadamente los indicadores políticos dejaron más que claro, clarísimo que Manolo Jiménez Salinas será el abanderado del PRI rumbo a las elecciones del 2023. El ex alcalde saltillense y actual secretario de Inclusión y Desarrollo Social se placea por los 38 municipios para allanar caminos y ocupar la silla de Miguel Ángel Riquelme Solís.
Quienes con todo derecho buscan alcanzar la gubernatura de Coahuila, se topan en pared porque encuentran circunstancias muy adversas y contrarias a las que favorecen a Manolo. Por esas razón no se cansan de exigir piso parejo para todos los aspirantes priistas.
Uno de ellos es el alcalde Alberto Román Cepeda, quien entre propios y extraños no oculta sus deseos por gobernar el cuarto estado territorialmente más extenso de México. Su abuelo Román Alberto Cepeda Flores, fue gobernador del 1 de diciembre de 1951 al 30 de noviembre de 1957. Fue sucesor del general Raúl Madero González y le antecedió Raúl López Sánchez.
Sin dados cargados, manos fuera y con piso parejo, la disputa entre Manolo y Alberto suena interesante si el factor común se basa en una eficaz, transparente y democrática votación interna. Alberto y Manolo son buenos gallos, pero la balanza es desigual
“En cuadrilátero adecuado y contrincantes parejos; ¡hay tiro!” Palabras del pugilista mexicano Julio César Chávez. ¿Aplica en política?
