Julián Parra Ibarra
En Coahuila, históricamente el PRI y el PAN fueron adversarios políticos al grado que los blanquiazules, por años se mantuvieron como la segunda fuerza política del Estado, y aunque al final no lo lograron, lucharon denodadamente por alcanzar la gubernatura, que por momentos parecía que la tenían al alcance de la mano. En las cuatro anteriores elecciones, el panismo estuvo abanderado por los laguneros Juan Antonio García Villa (1999), Jorge Zermeño Infante (2005), y José Guillermo Anaya Llamas en dos ocasiones (2011 y 2017).
También históricamente, los grupos al interior del PAN han sido determinantes tanto en la definición de las candidaturas, como también han incidido en el resultado de las elecciones constitucionales. Por mucho tiempo se decía que, en Acción Nacional, quienes aspiraban a obtener una candidatura primero y un puesto de elección popular después, preferían que ganara alguien de la oposición, antes que permitir que un rival de los grupos internos pudiera hacerlo.
Con ambos temas, ya muchas páginas se han escrito, pero lo que en otros momentos si alguien lo hubiera sugerido o comentado, la gran mayoría lo habría considerado como improbable, inviable, y contundentemente imposible, pero en estos momentos se está dando.
Irónicamente la unidad que los panistas no lograron construir a lo largo de los años internamente, hoy lo ha logrado, increíblemente, un priista: Manolo Jiménez Salinas.
En torno a Manolo Salinas, se han unido todos los grupos de panistas que nunca lograron ponerse de acuerdo en las internas propias, pero ahora que son aliados del PRI, todos están disciplinados y trabajadores en torno al candidato que abandera al PRI, el PAN y el PRD, pero todos sabemos que es emanado del tricolor.
Por la unidad convocada por Manolo Jiménez, han sido capaces de sentarse a la misma mesa, conciliar, dialogar y acordar, personajes como Jorge Zermeño, Marcelo Torres, Memo Anaya, Chuy de León y otros más del resto del estado, y todos trabajando unidamente en torno a Manolo. Lo que hay que ver.
Mientras que en otros frentes no solo no unen, sino que dividen y acrecientan el divisionismo interno, fomentando como es su sello, el encono, la confrontación, la polarización. Ahora sí que –como diría mi abuelita-, que con su pan se lo coman.
@JulianParraIba
