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MEJORES AMIGOS POR SIEMPRE   

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*/VALENTÍN RAMÍREZ HERNÁNDEZ

Una vez, un niño llamado Miguel Ángel con 12 años de edad, se encontraba en su habitación escuchando música con sus audífonos, relajado y tranquilo. Cuando su mamá entra a la habitación, él lloraba. La mamá le pregunta, ¿por qué lloras?

Miguel se queda callado… La mamá le pregunta por segunda vez, ¿por qué lloras hijo?

Miguel le respondió. Es que, mamá no tengo amigos, no quiero estar todo el día en mi habitación encerrado y escuchando música, yo quiero tener amigos y jugar en el parque. La mamá le responde, sal hijo, ve al parque, tienes derecho de tener amigos, tienes derecho de convivir, tienes derecho de jugar con niños de tu edad.

Y al instante, Miguel se levanta de su cama y le da un abrazo a su mamá, ella lo abraza fuertemente.

Miguel sale al parque feliz, porque va a tener amigos con quién jugar las veces que quiera.

Llega al parque y ve a un par de niños jugando fútbol, se acerca nervioso y asustado porque él nunca había salido solo.

Miguel se acerca con ellos que están jugando y les pregunta… ¿puedo jugar con ustedes?, es la primera vez que salgo solo y uno de los niños, llamado Carlitos, se acerca con él.

Carlitos lo recibe con un ¡hola!, y al instante Miguel le responde, ¡hola! ¿cómo estás?

Carlitos le responde, ¡muy bien! ¿Y tú?

Miguel le responde, un poquito triste.

Carlitos le pregunto, ¿y eso por qué?

Miguel le dice, es que nunca he tenido amigos y la verdad yo quiero tener amigos, para jugar para convivir con ellos. Y Carlitos le responde, si quieres puedes jugar aquí con nosotros y sirve que nos conocemos. Él se pone muy feliz y con una sonrisa en su cara le dice sí, sí quiero jugar contigo y con tus amigos.

Empiezan a jugar fútbol pasa una hora, y deciden descansar. Carlitos le dice, ¡me cansé mucho de correr!  Miguel le responde, yo también, Carlitos eres muy bueno jugando fútbol. Él le responde, ¡muchas gracias!, tú también eres muy bueno jugando.

Deciden hablar un poco más. Pasan 15 minutos y luego se van a sus hogares a descansar. Miguel le dice a Carlitos, me divertí mucho jugando contigo y con tus amigos.

Carlitos le responde, gracias Miguel yo también me divertí mucho jugando. Miguel le comenta, bueno me iré a mi casa porque mamá me espera, se despiden y se dan la mano. Cuando Miguel se dirigía a su hogar, se encuentra a Carlitos en la calle que estaba sufriendo por el ataque de un perro que le mordió la pantorrilla. Carlitos estaba con llanto de desesperación. Y al instante Miguel se dirige con Carlitos para ayudarlo.

Pero Miguel no sabía qué hacer en esos casos y gritó con desesperación pidiendo ayuda. Y a lo lejos, se veía un señor llamado Juan y corriendo va con ellos.  Juan agarra al perro apretándole la garganta para que saltará la pierna de Carlitos y cuando lo logra, Juan le hace un torniquete en la pierna para que no pierda mucha sangre. Juan le dice a Miguel, niño ve a buscar un taxi para que nos llevé al hospital porque la pierna del niño está muy mal, le sale mucha sangre. Miguel, al instante, sale en busca de un taxi para que los llevé al hospital, Miguel está asustado por lo que sucedió.

Miguel le silva con todas sus fuerzas al taxista, lo ve y se dirige a él. Le dice al taxista, señor, ¿nos puede llevar al hospital urgentemente?, un amigo sufrió un ataque por un perro y necesitamos llevarlo al hospital más cercano. Y el taxista le responde, ¡si niño súbete! Y Miguel le dice por dónde irse. Y cuándo llegan dónde está Carlitos y Juan, el taxista se baja del vehículo corriendo para poder subir a Carlitos.

Carlitos ya había perdido mucha sangre.

Cuando lo suben al taxi, se dirigen rápidamente al hospital, Carlitos ya se estaba desmayando por perder mucha sangre. Miguel diciéndole a Carlitos que ya mero llegamos al hospital, que tenía que ser fuerte. Cuando llegan al hospital, el taxista y Juan bajan del carro a Carlitos, ya no podía caminar, y al instante cuando entran al hospital los reciben tres enfermeros con una camilla para poder atenderlo. Sale el doctor preguntando, ¿qué le pasó al niño? Juan le responde, fue atacado por un perro y como ve le mordió la pantorrilla, y el doctor le responde sí, haremos todo lo posible para poder salvarle la pierna al niño. Juan le responde, sí claro. Y cuando pasa una hora, sale el doctor, Miguel y Juan se levantan rápidamente de la silla donde estaban sentados, el doctor les dice que todo salió bien y que sí le pudimos salvar la pierna, gracias a Dios, Miguel y Juan se ponen felices.

Pero el doctor les dice, el niño tiene que guardar reposo por un par de meses. Miguel y Juan le responden sí, y Juan dice que hay que decirles a sus papás lo que pasó, el doctor le pregunta a Carlitos, ¿te sabes el número de teléfono de mamá o papá? Carlitos le responde sí, claro doctor, le da el número de teléfono de su mamá, el doctor le habla a la mamá de Carlitos y le dice que tiene que venir a la clínica llamada «los mejores doctores».

La mamá de Carlitos rápidamente se dirige a la clínica.

Cuando llega al hospital, sale el doctor y le cuenta lo que pasó, pero, se calma al saber que Carlitos está bien.

La mamá le dice al doctor, ¿puedo ver a mi hijo?

El doctor le dice sí, claro señora, sígame y ya cuando llegan a la habitación donde se encuentra Carlitos su mamá le da un beso en la frente, él todavía estaba asustado por lo que pasó. La mamá le dice que se calmé y Carlitos se calma un poco.

Carlitos le dice a su mamá, quiero ver a Miguel y a Juan. Su mamá le dice, ¿quiénes son ellos?, y Carlitos le responde, ellos fueron los que me ayudaron y los me trajeron al hospital.

 La mamá le dice, a perdón hijo no sabía.

El doctor lleva a Miguel y a Juan a la habitación de Carlitos. Miguel y Juan se presentan con la mamá de Carlitos, demostrando que son unos caballeros y Miguel le dice a Carlitos que como se sentía.

Carlitos le responde, ya estoy un poco mejor, ¡gracias por ayudarme!

Pasaron 3 meses cuando Carlitos ya podía caminar bien.  Carlitos y Miguel todavía eran amigos

y Carlitos le dice, gracias Miguel, gracias por ayudarme cuando yo lo necesitaba, gracias por todo

y Miguel le responde: De nada Carlitos, para eso son los amigos para ayudar en lo que sea necesario, gracias a ti ¡¡por ser mi mejor amigo!!

Y Carlitos le dice… si, ¡¡mejores amigos por siempre!

(*Valentín es un joven de 15 años de edad con el deseo de compartir sus escritos con nuestros amables lectores y visitantes. Éste es el primero)

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