Profesionistas, empresarios y hombres de la Laguna, que actualmente rondan los 53 años de edad, en gran parte deben su carácter y su personalidad, al futbol americano infantil, que jugaron de niños y adolescentes, en los campos de Torreón, a partir de los 80’s. La práctica de este bonito deporte les formó a los entonces niños y adolescentes, valores como la dignidad, el amor propio, el orgullo, la dedicación al trabajo, la disciplina, la perseverancia, la preparación, para en equipo, llegar exitosamente a las metas que se proponen, que están logrando como padres de familia. Lo que entonces hicimos los padres de familia que ahorita andamos cerca de los 81 años, fue apoyar con todo a nuestros hijos futbolistas (yo tengo tres), dotándolos de sus uniformes y calzado, llevándolos a sus prácticas diarias y acompañándolos en sus juegos contra otros equipos aquí en Torreón, Saltillo, Piedras Negras, y otras ciudades. En estas convivencias los padres de los compañeros de nuestros hijos, nos conocimos y nos hicimos amigos hasta la fecha; y también conocimos y nos hicimos amigos de algunos de los padres de los equipos contrarios; pues nos unía el amor a nuestros hijos y al futbol que practicaban; todo ello en un ambiente deportivo sano. El interés que nos unía a todos los padres y niños futbolistas de todos los equipos, era la diversión; el gusto de ver, de disfrutar este bonito y espectacular deporte del futbol americano, nos llenaba de gozo. Todos los equipos que competían eran muy buenos; pero dos eran los mejores: Jaguares, del Campestre Torreón, y Vikingos, del Club San Isidro; de manera que cuando se enfrentaban entre sí, el interés por asistir y apoyar al equipo de preferencia, era extraordinario; desbordándose las pasiones de las porras y de los padres de familia, en las gradas; todo sanamente. Ganarle Jaguares a Vikingos, era una proeza, como proeza era ganarle Vikingos a Jaguares; ganando finalmente el mejor y la afición toda, que casi siempre quedaba satisfecha. Toda proporción guardada era como cuando se enfrentaban en la liga mayor del futbol americano de México, allá en los 50’s y 60’s, en los juegos clásicos, los tradicionales rivales UNAM (Pumas) e IPN (Burros Blancos), en el Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad Universitaria. Para que los equipos de futbol americano infantil en la Laguna, jugaran con orden, respeto y disciplina, se organizaron en la Asociación de Futbol Americano Infantil de la Laguna AFAIL, sujetando voluntariamente su participación a un reglamento cuyas normas, o sea, líneas de conducta a seguir, son obligatorias y coercitivas, es decir, que se pueden imponer aún en contra de la voluntad de los obligados. Así venían desarrollándose normalmente los partidos entre los equipos pertenecientes al AFAIL, con orden, respeto y disciplina; hasta que hace algunos pocos meses a uno de los mencionados equipos no le convino la sanción que le impusieron por haber violado el reglamento, y para no cumplirla, lo que hizo fue formar otra asociación a modo a la que por imitación extralógica le puso Laguna Futbol League LFL, a la que afilió solo a equipos que le son afines. Pero al excluir al otro de los equipos aquí mencionados, y a otros, lo que hace LFL, es ir contra la tradición del futbol americano infantil en la Laguna, pues sin el equipo Jaguares, y los demás equipos excluidos, este deporte ya no será lo mismo; aunque si bien es cierto que nadie es indispensable, también es verdad que todos son útiles.